FELIZ AÑO 2022.
Sin duda alguna, hay años que perduran en la retina de la sociedad, y tanto el anterior como éste, no se olvidarán jamás. Pensaremos, que fueron los años donde menos libres éramos, pero quizás debamos de pensar que son los años donde más mirábamos al prójimo, con temor a la enfermedad o con preocupación de si sería un “adiós” o un “hasta luego”. No debemos “disfrazar” una cosa de la otra, y hacerlo al viceversa sería sucumbir.
Este año, parafraseando a la Reina Isabel II, entiendo más que los anteriores a todos los que han tenido que decirles “adiós” a un ser querido, o a aquellos que en vez del cálido abrazo del hogar están en las frías paredes de un hospital, por alguna u otra dolencia. A todos ellos, sólo decirles que en todas las oraciones que elevo al Señor, fuente de Amor, y a Su Madre del Rosario, Abogada nuestra, los tengo presentes para que el amparo y el consuelo llegue a sus almas y las de sus familiares.
Por muy difíciles que sean los caminos a transitar, no debemos flaquear en nuestra Fe y en la Esperanza de que todo mal se acabará y podremos disfrutar de la paz y el sosiego.
2022 debe ser el año de la Fe. El año que creamos firmemente que lograremos nuestras ansiadas metas con la ayuda de Dios y de la Bienaventurada Virgen María. El año de una Iglesia “en salida”, al encuentro de aquellos que lo necesitan. No nos pongamos grandes metas, el mundo empieza a cambiar en nuestro alrededor, y de ahí, a círculos más grandes.
Desde estas líneas, os deseo, de corazón, que todas las sonrisas perdidas en este año regresen en el próximo que se avecina, que el 2022 os sea propicio y veros con la ilusión de siempre.
Que el Señor del Amor y su Madre del Rosario os bendigan y amparen siempre.
¡Feliz año 2022!
Eduardo Maestre, Vocal de Cultos.
