En el día de hoy se celebra la memoria de un gran santo de la Iglesia, Nuestro Padre Santo Domingo de Guzmán.
Fue santo Domingo un hombre preocupado porque el mundo supiera de Dios, porque todos conocieran a Cristo y con Él la salvación.
Paso a paso su vocación lo llevó a afanarse en esta empresa, confiando siempre en la fuerza que le procuraba la oración y el auxilio de la Santa Virgen María. Mirándose en su ejemplo, Domingo puso la fe como cimiento de su obra, y dejó como fruto de su esfuerzo evangelizador a la Orden de Predicadores de la que nosotros, hermanos de esta hermandad, formamos parte como seglares agregados a ella.
Por eso como hijos de Santo Domingo, tenemos la obligación de ser fieles al mandato de Cristo: «Id y predicad la Buena Noticia a todas las criaturas»; haciéndolo tal como Domingo lo hizo, no sólo con las palabras, sino con las buenas obras.
Bienaventurado Domingo de Guzmán, ruega al Señor por nosotros para que siempre nos mantenga fieles al espíritu que tú nos enseñaste.
AMÉN.
