«Al día siguiente, Jesús resolvió partir hacia Galilea. Se encontró con Felipe y le dijo: «Sígueme». Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret». (Jn 1, 43-45)
Perfil Biográfico
Felipe era natural de la población de Galilea de Betsaida, vecino por tanto, y probablemente amigo de Pedro, Andrés, Juan y Santiago.
También fue discípulo de Juan el Maestro. Su llamamiento tuvo lugar el día siguiente a la de Andrés y Pedro.
Cuenta Clemente de Alejandría que a él se refiere, aquel pasaje del evangelio de Lucas, en que un joven llamado por Jesús, pide al Señor un momento para enterrar a un familiar, recibiendo aquella inquietante respuesta: «Deja que los muertos entierren a los muertos».
Felipe, junto con Bartolomé, son los dos apóstoles que acuden invitados a las bodas de Caná, y presencian cuando un grupo de griegos prosélitos quieren hablar con el Maestro, se dirigen a él, quizás porque entendía su lengua, y es Felipe, junto con Andrés quien los llevan hasta Jesús.
Es considerado el apóstol práctico. Siempre cauteloso, con sumo cuidado, conquistaba el terreno poco a poco, lleno de sentido común, meticuloso.
Después del día de Pentecostés, poco se sabe de la vida de Felipe, sólo qué predicó en Asia Menor y que sufrió el martirio en Hierápolis de Frigia, donde murió crucificado boca abajo y apedreado. Se le suele representar llevando una cruz en forma de «T», instrumento con el que, según la leyenda, obró durante su vida muchos milagros. También se suele representar su crucifixión.
En esa misma ciudad vivieron dos hijas suyas, vírgenes consagradas, que refirieron al obispo Papías de Hierápolis los hechos de su padre para que fueren puestos por escrito. Sus restos fueron trasladados a Roma y reposan hoy en la basílica de los Santos Apóstoles, junto a los de Santiago el Menor, en las laderas del monte Quirinale.
Su solemnidad se celebraba junto a su condiscípulo Santiago el Menor, el 11 de mayo que, tras la reforma litúrgica del rito romano, se pasó al 3 de dicho mes.
En el rito bizantino y eslavo se celebra el 14 de noviembre.
Imagen en el paso
San Felipe, figurado como un varón relativamente joven de cara redonda y barba corta, parece comentar con San Bartolomé la trascendencia del santo momento que están presenciando.
Proceso de Restauración
La talla de San Felipe presentaba grietas repartidas por todo el cuerpo y la cabeza. Los pies estaban fracturados por varios sitios, además de sufrir ataques de insectos xilófagos.
Las articulaciones de los brazos estaban inutilizadas, por lo que debían ser fijadas por aldabillas, vendas y esparadrapos. Toda la policromía estaba repintada con un tono oscuro.
En la base del busto apareció tallada la palabra «Tadeo», nombre que adjudicó el escultor a esta imagen. Se optó por respetar la nomenclatura establecida por la Hermandad, ya que reflejaba mejor la personalidad de cada apóstol.
A partir de este estado inicial, la intervención consistió en la realización de un nuevo cuerpo en madera de cedro, más naturalista, que al girar hacia la izquierda, permitiera a la imagen establecer contacto visual con San Bartolomé, al que unía una gran amistad.
En la cabeza y manos se realizó en primer lugar una limpieza mecánica, a punta de bisturí, retirando varios repintes (uno superficial de esmalte sintético superpuesto a otro al óleo), para después realizar una limpieza química, eliminando la suciedad acumulada.
La policromía original rescatada era de un tono más nacarado, con grandes frescores sonrosados. Además se subsanaron las grietas y reintegraron cromáticamente las lagunas de la capa pictórica, protegiendo el conjunto con barniz.
En los pies, se retiraron numerosas puntillas, se ensamblaron correctamente las diferentes piezas, policromando las nuevas piernas y los antiguos pies con un tono similar a la cabeza.
Juan Luís Aquíno Pérez
Reseña Evangélica
Felipe invita a Natanael a conocer a Jesús. Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret». (Juan 1,45)
Presente en la multiplicación de los panes. «Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Donde vamos a comprar panes para que coman éstos?» Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco. (Juan 6,5-7)
Intervención en la última Cena (Jn 14, 8-9) «Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?