π…π„π’π“πˆπ•πˆπƒπ€πƒ 𝐃𝐄 𝐋𝐀 π•πˆπ‘π†π„π 𝐃𝐄𝐋 π‘πŽπ’π€π‘πˆπŽ.

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Hoy es nuestro gran dΓ­a. El dΓ­a de nuestra Madre. Ella es nuestra Maestra, nuestro Modelo, nuestra Valedora, nuestro Refugio, nuestra Esperanza y nuestra Fortaleza. Ella es el camino derecho a Dios. Nadie nos entiende como Ella; nadie nos consuela como Ella; nadie nos protege como Ella. Por eso la queremos asΓ­, con el alma abierta. Por eso lloramos sΓ³lo con verla y se nos anuda la garganta en su presencia. Porque tanto π‘¨π’Žπ’π’“ no cabe en las palabras.
‘𝑭𝑬𝑳𝑰𝒁 𝑫𝑰́𝑨 𝑫𝑬 𝑡𝑼𝑬𝑺𝑻𝑹𝑨 𝑴𝑨𝑫𝑹𝑬 𝑺𝑨𝑡𝑻𝑰́𝑺𝑰𝑴𝑨 𝑫𝑬𝑳 𝑹𝑢𝑺𝑨𝑹𝑰𝑢!
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